[Verso 1]

Una brisa a media noche detuvo mi corazón,
los sueños se desprendieron de la imaginación,
en la brumosa oscuridad de la noche magnata,
por mis venas se expandía un elixir hacia un nudo
en mi garganta.
Lágrimas de acero junto el gemido de la amargura,
recordaron el bárbaro claro de su dulzura,
la somnolencia se extendió hasta la salida de la
aurora, mientras un roció escarlata de mis ojos
salía a mil por hora.
Me desvanecía de sus recuerdos, recordando que
juramos nunca perdernos.
Jure una falsa promesa escrita en la maleza del
amor,
y dejo de creer que puedo querer a una
mujer.
Y al paso de las horas una luz que asecha la
oscuridad, se sienta cantando dulzuras de
ostentosidad, mire el lirio en su rostro, y era la
musa que desconozco.

El amanecer guarda el cielo estrellado, mientras
ella se refleja en luna de mi cuarto.
Mi corazón aun detenido se convirtió en una
caracola, que volaba como una libre amapola.
Mi cuerpo helado, se carcome en el fuego de la
desesperación, mientras la musa me desnuda el
alma con apacible pasión.
Veo la muerte de mi enamorada, y me enredo en la
confusión partida por la nada.
Vivo o muerto revivo de un suspiro, sin saber del
sueño, sabiendo que viví la pesadilla de estar sin su
amor.
Ella regresara para desvelarme con su veneno, a
media noche con su recuerdo que detiene el
tiempo.